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martes, 13 de diciembre de 2011
La Personalidad y la Esencia
Cada "Yo" tiene un patrón de conducta único o personalidad, el cual obtiene su "continuidad" gracias a los "recuerdos" almacenados y divididos en segmentos diferenciados en "la memoria", los cuales son excluyentes entre sí mismos, dando origen así, a un margen de múltiples variaciones continuas del "Yo", fragmentado su accionar en pequeños subconjuntos netamente reactivos y sujetos por entero a "la ley de la mecanicidad".
Cada "segmento" de la memoria tiene su propio centro llamado "núcleo reactivo", los cuales fueron implantados gracias a la constante repetición de las fuerzas externas que gobiernan la vida del ser humano, por lo cual dependen por completo de dichas influencias exteriores. De entre todos los núcleos reactivos, cada Ser humano tiene al menos un "núcleo reactivo superdominante" o "rasgo característico" que representa su máximo condicionamiento, el origen de su moral, la base de su sentido de justicia y la principal justificación para sus mayores pecados.
Cada hombre posee una memoria única por lo cual su personalidad y su rasgo característico también son únicos. Lo cual explica el porque no puede haber reglas universales para el trabajo sobre si mismo y porque todos los sistemas que intentan establecer tales reglas, o no conducen a nada o solo causan daño.
Aparte de la personalidad cada individuo tiene un Ser hecho de Conciencia, el cual también puede ser llamado Esencia o Yo real, ya que proviene del Sol y en inicio fue moldeado por las 12 constelaciones. La esencia es lo innato y la personalidad es lo adquirido con el tiempo. La esencia carente de "identidad", y en muchos hombres es infantil y estupida, pero aun así, es la base de su constitución física, emocional y mental de cada uno de nosotros. Por ejemplo: un hombre es por naturaleza lo que se llama un buen marinero y otro no lo es; uno tiene buen oído musical y otro no lo tiene; uno tiene capacidad para aprender idiomas y otro no, así es la esencia. En cambio la personalidad crece durante la vida y en muchas ocasiones cuando el ser humano es adulto, llega ser sumamente refinada porque se integra de todo lo que se aprendido de una u otra manera; conscientemente o por imitación en el transcurso de toda la vida.
Regularmente, la personalidad solo debería existir en los niveles emocional y mental, pero esto no es así, ya que en la actualidad, aun entre las propias funciones instintivas subconscientes que deberían estar libres de las funciones de la personalidad, hay generalmente muchos "gustos y aversiones adquiridos" por imitación en forma completamente artificial y estos gustos y aversiones desempeñan un papel muy importante y desastroso durante la vida. Así, un hombre al que por naturaleza le debería gustar lo que es orgánicamente bueno para él y debería sentir aversión ante lo orgánicamente malo, siente inversamente, atracción hacia el dolor orgánico y repulsión hacia el bienestar de su cuerpo.
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